Ponte las Gafas Moradas
Blog periodístico de la mano de Leire Guenaga, Nagore Tormes, Sara Prieto y Silvia Maidagan
Diabetes, la epidemia del siglo XXI
Una enfermedad mayormente provocada por la vida sedentaria y la comida basura
Leire Guenaga, Silvia Maidagan, Nagore Tormes y Sara Prieto
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En España se han duplicado en los últimos años los pacientes que padecen diabetes,el 13,8% de los españoles mayores de 18 años tienen diabetes tipo 2 y de ellos casi la mitad desconocían que padecían la enfermedad hasta que ya son mayores. A Pesar de lo común que es esta enfermedad tanto la población como los sanitarios están muy mal informados sobre ella. Para evitar tanta desinformación presentamos unos casos de personas que padecen la enfermedad o están relacionadas a ella de forma directa o indirecta.
Amaia es una joven pamplonesa a la que detectaron diabetes tipo 2 cuando apenas era un bebé: “Me diagnosticaron diabetes cuando tenía 16 meses”. Además, nos cuenta que la desinformación sobre la enfermedad llega a tal punto que las médicos tampoco saben del tema: “La gente está muy poco informada. Es una pasada, incluso dentro del ámbito sanitario a mí me ha llegado a pasar de ir al médico y decirme: “¡Anda tienes diabetes! Y qué, ¿tienes que pinchar te todos los días?. Aún así, lo más importante que hay que saber es cómo actuar en caso de que nos dé una hiperglucemia o una hipoglucemia. Porque si tú ves a una persona convulsionando en medio de la calle no vas a saber lo que hacer”. Para ello, nos ha señalado los síntomas tanto de la hipoglucemia como de la hiperglucemia: “A mi cuando me da una hipoglucemia me empiezan a dar taquicardias, empiezo a sudar sudor frío, me tiemblan las manos y todo el cuerpo. Luego también me está pasando últimamente que estoy no desorientada pero si no se, como en una burbuja. Y cuando me da una hiperglucemia me dan taquicardias, empiezo a sudar sudor frío, me tiemblan las manos y todo el cuerpo. Luego también me está pasando últimamente que estoy no desorientada pero si no se, como en una burbuja”. Amaia nos ha acercado un poco más a la diabetes: “a la hora de comer es muy importante controlar los hidratos de carbono que comemos”. Además ha mandado un consejo a familiares cuya hija le han diagnosticado la enfermedad: “Que se apoyen en los profesionales, que les van a ayudar un montón y que busquen asociaciones de diabéticos porque la verdad es que aquí en Navarra tenemos mucha suerte, porque hay una asociación que se llama ANADI (Asociación Navarra de Diabetes) y no sé, es una pasada porque organizan un montón de cosas para los niños y familias”.
Amagoia es una mujer de 56 años. Le diagnosticaron la diabetes cuando tenía “8 años”. Eso le enseñó a ser más responsable que los demás. Claro que cuando alguien es tan jóven, no tiene que preocuparse mucho por la comida. Si se va a un cumpleaños puede comer todo el chocolate que quiera. Sin embargo, esa no era una situación que podía permitirse ni puede permitirse. A la hora de comer tiene que tiene que controlar la hora a la que come. Necesita estar sometida a una rutina, “por ejemplo, si comes todos los días a las tres deberías de comer a esa hora, sin embargo, si algún día quieres varias y tienes que comer a la una, gracias a los nuevos medicamentos de ahora puedes”, declaró Amagoia. Además de eso, también ha añadido que el control de la diabetes se sitúa en una balanza. Eso es, en una de las partes está la comida “que es lo que te sube el azúcar” y en la otra parte está “la insulina que es la que te tienes que poner porque no tienes y el ejercicio físico”. Después de haber entrevistado a varias personas con diabetes, la conclusión que se ha sacado sobre eso es que la gente está muy poco informada. Amagoia Guenaga ha dicho que eso es algo normal, que la gente “está poco informada como lo está de la mayoría de enfermedades que afectan a más o menos gente”. La gente más enterada acerca del tema es la gente que rodea a las personas que sufren de esta enfermedad. Es decir, las madres y los padres, la cuadrilla, los hermanos o hermanas. No obstante, Amagoia ha declarado que de lo que la gente debería de estar enterada es sobre cómo actuar ante una hipoglucemia. “La gente que te conoce te lo ve en la cara porque se te forma la cara y empiezas a decir bobadas”, dice entre risas. Entonces, ¿qué hay que hacer en ese caso? ante esa pregunta ha contestado “debes medirte y que te den azúcar, pero si no puedes medirte pues instintivamente azúcar”. Para finalizar, el consejo que ha dado a otras personas que tengan diabetes es que se apunten a un campamento que han creado para las personas con esa enfermedad. “Ahí te enseñan muchísimo. Te enseñan a pincharte, a medirte y a diferenciar qué es lo que sí te puede pasar y lo que no”.
Javier Sáez de 25 años, es cirujano en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid y cada día llegan a las consultas de sus compañeros innumerables personas a las que se les diagnostica diabetes. Es una enfermedad provocada por la vida sedentaria y la comida basura, pero no solo se centra en los niveles de glucosa en la sangre, sino que deja muchas enfermedades tras su paso. “La enfermedad es más frecuente de lo que creemos. Estudios en España señalan que cada día se producen o diagnostican más de 1000 casos de diabetes”, confirma el médico. Aunque él se dedique principalmente a operaciones de cerebro y de corazón, fue experto en esta enfermedad cuando era estudiante. Por ello, aventura a dividir en “3 categorías generales” los problemas de salud de los diabéticos. “La primera de ellas es el daño de los nervios, el cual se denomina como neuropatía. Las neuropatías diabéticas son trastornos de los nervios que conllevan adormecimiento y dolor en las manos, brazos, pies y piernas, trastornos en el sistema digestivo y en el corazón”, comienza a explicar el joven doctor. Según él, otro de los daños que repercuten en la salud del paciente es la enfermedad macrovascular, la cual provoca “accidentes cardiovasculares, ataques cardíacos y/o mala circulación en los pies”. El último y no menos importante de los problemas es el daño a pequeños vasos sanguíneos de nuestro cuerpo, que cuando se agujerean, deja de circular la sangre a brazos, manos, piernas y pies. “También podemos añadir dentro de las complicaciones enfermedades como retinopatía (enfermedad ocular, la cual puede llevar a la ceguera), cataratas (opacidad en la lente del ojo) y glaucoma (presión en la zona ocular, la cual termina dañando los nervios)”, afirma el doctor Sáez. A partir de las consecuencias de la enfermedad, el experto también informa de los tratamientos a los que se enfrentan estas personas: tratamientos no farmacológicos y tratamientos farmacológicos. Como explica Sáez, el primero se basa en perder peso, control dietético, evitar azúcar y refinados y comenzar una rutina de actividad física. Por lo contrario, en el segundo tratamiento, el cirujano subraya el uso de pastillas, en ocasiones asociadas a la insulina. La metformina es el medicamento de referencia, a pesar de todos los tipos de insulina que haya y la dosis de cada paciente. “Una vez a un diabético se le ha hecho un diagnóstico y se le ha establecido un tratamiento empieza el seguimiento, explica el doctor Sáez, se controla temporalmente: primero, cada tres meses, luego cada seis, cada nueve y finalmente una vez al año”. En esas revisiones se llevan controles de la sangre, de la alimentación, del peso, de enfermedades como las anteriormente mencionadas, se hacen exploraciones y se enseñan introducciones para la toma de decisiones del propio paciente, claro está, dependiendo de la edad y estado del enfermo. Finalmente queda subrayar que según estudios de la Asociación Europea para el Estudio de Diabetes, la esperanza de vida de los pacientes tipo 1 ha mejorado pero es inferior a la población. “Concretamente son 11 años y medio menos en el caso del que el paciente sea un hombre y 12 años y medio menos en el caso del que paciente sea mujer”, declara el facultativo. De hecho Javier insiste en que esta enfermedad no es ninguna broma, ya que “La diabetes tipo 1 se manifiesta en pacientes con edades entorno a los 10 y 15, sin embargo, la diabetes tipo 2 es una enfermedad que suele manifestarse en personas a partir los 40 a 45 años”. Este joven doctor está muy concienciado con esta enfermedad, por eso recomienda para evitarla una buena alimentación y actividad física desde una temprana edad. A pesar de no ser su trabajo y de acuerdo con las quejas de sus compañeros, piensa que todavía queda mucho por hacer en términos de mejora en la atención a los pacientes con diabetes “con objeto de poder eliminar la brecha de la población general”.
Julen Garay, un joven getxotarra de 20 años, se mudó el año pasado a Donostia para seguir con sus estudios. Hasta entonces había convivido con su padre, quien padece de diabetes tipo 1 desde hace aproximadamente 10 años. “En el caso de mi aita, la diabetes no es tan grave, por lo que esta primera enfermedad no ha desarrollado ninguna nueva”, detalla el joven estudiante. A pesar de ello, el progenitor, según explica su hijo, tiene que pincharse insulina diariamente en todas las comidas y a las noches. Además, un chip que lleva en el brazo le mide constantemente los niveles de azúcar en la sangre.
La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (el azúcar que proviene de los alimentos) de la sangre son muy altos. Esta enfermedad se debe en gran medida al estilo de vida cada vez más sedentario, de la población en general y de los niños en particular (ya que constituye la segunda enfermedad crónica infantil más frecuente), y a la alimentación, donde abunda la llamada “comida basura”. Existen dos tipos de diabetes. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.
Según el Estudio di@bet.es más de 5,3 millones de españoles sufren de diabetes tipo 2. Hoy en día 422 millones de adultos en el mundo la padecen y en 2030 será la séptima causa de la mortalidad.